Parece que estuviéramos obsesionados con hacer, llegar a ser, demostrar…
Esto nos lleva a estar continuamente ocupados en algo o desear estarlo.
Incluso el noble impulso de dejar nuestro legado en el mundo puede ser una fuente de ansiedad y compulsión.
Nuestra necesidad de hacer es tal que no nos contentamos fácilmente, y dominados por la inquietud asociada a los deseos insatisfechos, nos movemos de uno en otro, sistemáticamente.
Incluso cuando el mundo para, como está ocurriendo ahora, muchos siguen anclados en este mecanismo mental de continuas ansiedades y obsesiones, planes y proyecciones... El mundo se detiene, pero nuestra mente sigue girando, dando vueltas, una y otra vez.
¿Nos paramos en algún momento, realmente, a habitar aquí y ahora?
¿A vivir en este momento presente?
¿A ser presencia?
La falta de tiempo nos persigue incluso al espacio donde el tiempo pareciera inagotable.
Parece que siempre hubiera algo más importante que hacer, o más urgente.
Y nos olvidamos así de lo esencial, de la puerta que nos lleva directamente a quienes somos en realidad.
Malgastamos nuestro tiempo presente viviéndolo en pasados y futuros, en culpas y miedos, y absurdas preocupaciones, mientras perdemos la oportunidad de Ser en cada segundo que pasa sin haberlo vivido. La oportunidad que está ahí, siempre disponible para nosotros, si queremos aprovecharla y beneficiarnos de ella.
Ser presencia, aquí y ahora, lo que en nuestra más pura esencia somos.
Aquietarnos un momento para sentir la respiración, el latir del corazón, la gratitud por la vida y sus regalos, el amor por nuestros seres queridos, por toda la creación.
La gratitud y el amor abren de par en par la puerta de la presencia, por la que al entrar… descubrimos finalmente quienes somos.
Aquí y ahora está la respuesta a todas las preguntas, incluso a las que aún no has formulado.
Aquí y ahora, el Camino y la meta, la Verdad y la Vida.
Con amor
Daya
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IT ONLY EXISTS HERE AND NOW
It seems that we were obsessed with doing, becoming, demonstrating ...
This leads us to be continually busy or wanting us to be.
Even the noble urge to leave our legacy in the world can be a source of anxiety
and compulsion.
Our need to be involved in doing is such that we are not easily satisfied, and
dominated by the restlessness associated with unsatisfied desires, we move from
one to another, systematically.
Even when the world stops, like it is happening now, many are still anchored in
this mental mechanism of continuous anxieties and obsessions, plans and
projections ... The world stops, but our mind keeps spinning, over and over
again.
Do we really stop at some point to inhabit here and now?
To live in this present moment?
To be presence?
Lack of time haunts us even into the space where time seems inexhaustible.
There always seems to be something more important to do, or more urgent.
And so we forget the essential, the door that leads us directly to who we
really are.
We waste our present time living it in the past and the future, in guilt and
fear, and absurd worries, while we lose the opportunity of Being in each second
that passes without having lived it. The opportunity is there, always available
to us, if we want to take advantage of it and benefit from it.
Being presence, here and now, which is the pure essence of who we are.
Be still, quiet yourself for a moment to feel the breath, the heartbeat, the
gratitude for life and its gifts, the love for our loved ones, for all of
creation.
Gratitude and love open wide the door of presence, through which upon entering
... we finally discover who we are.
Here and now is the answer to all the questions, even the ones you haven't
asked yet.
Here and now, the Way and the goal, the Truth and the Life.
Love
Daya
We live life either in the past or the future, but never in the present...
ReplyDeleteLiberating thought!