CÁNTICO
Yo, y las lágrimas en Cristo, la sanación a través de mis manos, la elevación de los coros celestiales. Bendita, Soy, inagotable Tu gracia.
Vuelvo a Ti, con el rostro despejado y sereno. Vuelvo a la Paz de Tu presencia.
Atrás queda el juicio, la comparación, la escasez, la falta de confianza, el miedo y la culpa. Cumplo hoy la lección conmigo misma, y soy capaz de observarme sin juicio, desde el perdón, capaz de relajarme en esa Paz, donde ya no tengo que demostrar nada más, ni ser mejor que nadie, ni tratar de merecer nada, ni mendigar para ser vista…
Veo por fin reflejada mi hermosura al observarme con los ojos de Cristo, santa y bella, perfecta ante los ojos del Amor. ¡Qué lección esta de hoy, qué aprendizaje! ¡qué hermoso poder llevarlo a cabo por fin conmigo!
“Dame tu bendición, Santo Hijo de Dios. Quiero contemplarte con los ojos de Cristo, y ver en ti mi perfecta impecabilidad.” UCDM
Igual que te bendigo a ti, yo me bendigo. Soy capaz ahora de observarme y bendecirme. A mí, a quien tanto he juzgado y castigado. El ataque hacia mí misma me impedía ver que la salvación estaba en mis manos… con solo aceptarme como soy, … amarme como soy… Porque al igual que lo son los demás, Yo SOY la bendita Hija de Dios, la que ofrece la salvación al mundo, empezando por sí misma.
Decreto hoy ser capaz de amarme, Yo, que soy una con Dios y con mis hermanos.
Dejo de proyectar miedo fuera de mí, ya que lo que proyecto será lo que veo.
Proyecto ahora confianza, amor, paz, fortaleza. Confianza en mí y en el Plan.
El Plan divino es perfecto para mi mayor bien y el de todos.
¿Por qué dudar, por que temer, si todo tiene un propósito divino?
Todo es, ha sido y será como tiene que ser, para mi perfecto desarrollo y evolución.
Todo ha sido necesario para convertirme en el ser que Soy.
Yo soy la luz del mundo, que brilla ahora y ha brillado siempre dentro de mí, aunque no fuera capaz de percibirla.
Regreso por fin a la Confianza, después de vagar por los abismos.
Te doy mi bendición, Santa Hija de Dios.
Te contemplo por fin con los ojos de Cristo, y veo en ti mi perfecta impecabilidad.
Descanso en tu paz, inocente y pura.
Desde aquí, comienza una nueva vida, viviendo desde la presencia crística que late dentro de mí, alineada mi voluntad con la Voluntad Divina.
Descanso en Ti, el Cielo en la tierra, bendita sea tu gloria.
Todos cantamos Tu Nombre, incluso aquellos que aún no hemos descubierto nuestra propia voz. Cantamos Tu alabanza, Tu santidad, que es la nuestra.
Nos bendecimos los unos a los otros. Para eso estamos aquí, santos Hijos de Dios.
Es momento de volver a casa.
Permanezco en tu viva Presencia que me posee y me anima. Tu único Rostro es lo que veo a mi alrededor… y al verlo también en mí, grande es mi dicha y mi gloria, mi mayor aprendizaje.
Se está reconstruyendo el Reino en mi interior.
Todas las piezas van encajando, todos los rostros uniéndose en un solo Rostro, la faz de Cristo. Todos Uno.
Cada vez menos piezas sueltas, menos hilos que cuelgan fuera de lugar… todo lo desintegrado ahora se reintegra, se unifica su fin y su propósito, todo ha sido útil en este, mi aprendizaje, que va llegando a su fin, que a su final se va acercando.
Cuantas etapas en este aprendizaje, qué bonito ser consciente al atravesarlas, y mirar desde arriba después de haber subido un nuevo escalón, después de haber superado una nueva lección en forma de desafío o dificultad.
Sigo encaminándome a mi esencia.
La verdad me espera, el reconocimiento de lo que Soy, la comprensión, la sabiduría, el Camino, la Verdad y la Vida para llegar a ello.
Cruzar al fin el puente que me separa de mi esencia, de la propia percepción de lo que Yo Soy. Cruzar hacia mí misma, bendita y santa ahora a los ojos de Dios en mí. Extiendo la gracia para ser capaz de recibir y ver la mirada de Cristo en todo. La función de mis hermanos. La culminación del perdón, la entrega total a la Expiación.
¡Oh Dios, Cristo, que en mí lates!
Abrázame con tus infinitos brazos de amor y permíteme abrigar tu presencia.
En ella estoy, me muevo y vivo.
Vive en mí, no me dejes, quédate en mí, a mi lado, frente a mí, en cada uno de mis hermanos. Que sea capaz de completar con éxito mi aprendizaje.
De nuevo, me hago a un lado, con suavidad, y te permito guiar el timón de la barca de mi vida, que se ofrece a Ti. Ya no hay más esfuerzo, sólo suavemente Ser, Ahora.
Mi fe está en Ti y en tus manos queda mi Espíritu.
Ya ha acontecido. Gracias. Que así sea.
Con amor,
Daya
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CANTICLE
I, and the tears in Christ, the healing through my hands, the elevation of the
heavenly choirs. Blessed, I am, inexhaustible Your grace.
I come back to You, with a clear and serene face. I return to the Peace of Your
presence.
Gone is the judgment, the comparison, the scarcity, the lack of confidence, the
fear and the guilt. Today I fulfill the lesson with myself, and I am able to
observe myself without judgment, with forgiveness, able to relax in that Peace,
where I no longer have to demonstrate anything else, or be better than anyone,
or try to deserve anything, or beg for to be seen…
I finally see my beauty reflected when I look at myself with the eyes of
Christ, holy and beautiful, perfect in the eyes of Love. What a lesson today,
what a learning! How beautiful to finally be able to carry it out with me!
“Give me your blessing, Holy Son of God.
I want to contemplate you with the eyes of Christ, and see in you my perfect
impeccability. ” UCDM
Just as I bless you, I bless myself. I am now able to observe myself and bless
myself. Me, whom I have so much judged and punished. The attack on myself
prevented me from seeing that salvation was in my own hands ... just by
accepting myself as I am, ... loving myself as I am ... Because just like
others, I AM the blessed Daughter of God, the one who offers salvation to the
world, starting with myself.
Today I decree to be able to love myself, I who am one with God and with my
brothers.
I stop projecting fear out of me, since what I project will be what I see.
Now I project trust, love, peace, strength. Trust in me and in the Plan.
The divine Plan is perfect for my highest good and that of all.
Why doubt, why fear, if everything has a divine purpose?
Everything is, has been and will be as it should be, for my perfect development
and evolution.
Everything has been necessary to become the being that I am.
I am the light of the world, which shines now and has always shone within me,
even if I was not able to perceive it.
I finally return to Trust, after wandering the abysses.
I give you my blessing, Holy Daughter of God.
I contemplate you at last with the eyes of Christ, and I see in you my perfect
impeccability.
I rest in your peace, innocent and pure.
From here, a new life begins, living from the Christic presence that beats
within me, aligned my will with the Divine Will.
I rest in You, Heaven on earth, blessed be your glory.
We all chant Your Name, even those of us who have not yet discovered our own
voice. We sing Your praise, Your holiness, which is ours.
We bless each other. That is what we are here for, holy Sons of God.
It is time to go home.
I remain in your living Presence that possesses and encourages me. Your only
Face is what I see around me ... and by seeing it also in me, great is my
happiness and my glory, my greatest learning.
The Kingdom is being rebuilt within me.
All the pieces fit together, all the faces uniting in a single Face, the face
of Christ. All One.
Fewer and fewer pieces remain spared, fewer threads hanging out of place ...
everything disintegrated now reintegrates, its purpose and objective are
unified. Everything has been useful in this, my learning process, which is
coming to an end, which its end is getting closer.
How many stages in this learning!, how nice to be aware as you go through them,
and look from above after climbing a new step, after having overcome a new
lesson in the form of challenge or difficulty.
I keep on going to my essence.
The truth awaits me, the recognition of what I am, the understanding, the
wisdom, the Way, the Truth and the Life to get there.
Finally crossing the bridge that separates me from my essence, from the
perception of what I Am. Cross over to myself, blessed and holy now in the eyes
of God in me. I extend the grace to be able to receive and see the gaze of
Christ in everything. The role of my brothers. The culmination of forgiveness,
the total surrender to the Atonement.
Oh God, Christ, that beats in me!
Hold me with your infinite arms of love and allow me to be shelter by your presence.
I am in that presence, in her I move and I live.
Live in me, don't leave me, stay in me, by my side, in front of me, present in
each one of my brothers. May I be able to successfully complete my learning
process.
Again, I step aside, gently, and let you guide the helm of the boat of my life,
which is offered to You. There is no more effort, just softly Being, Now.
My faith is in You and my Spirit remains in your hands.
It has already happened. Thank you. So be it.
Love,
Daya
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