LA VERDADERA LIBERTAD ESTA EN MÍ
Parece que en los últimos tiempos se nos ha privado de nuestra preciada libertad. Encerrados, obligados a mirar hacia dentro, …
Algunos agobiados, superados por la situación, otros han sido capaces de aprovechar la oportunidad, el regalo inesperado ofrecido por la vida.
La realidad es tan variada como el punto de vista con el que se observa. ¿Cuál es tu punto de vista? ¿Cómo decides ver la realidad?
¿Estás anclado en el miedo, la reactividad, la paranoia, la crítica… o aprovechas esta situación para cultivar esa paz, esa verdad que yace dentro de ti?
Todo está en nuestro interior y la elección es nuestra. Nadie puede arrebatarnos la libertad de nuestra mente. Ahí somos verdaderamente libres, no importa lo que ocurra alrededor, si así lo decidimos.
El pensamiento es el precursor de la emoción. Somos nosotros nuestros propios carceleros cuando alimentamos nuestra mente con pensamientos que generan emociones negativas, y también somos nosotros nuestros libertadores, cuando accedemos a la paz del Espíritu, a la confianza en el proceso de la vida.
La clave es la justa aceptación de lo que ahora es. Lo que es ahora, no se puede cambiar, pero si la percepción con la que lo vemos, de regalo o castigo.
Parece que tuviéramos ya bastante de esta aparente privación de nuestra libertad y que a veces fuera difícil aceptar lo que ocurre…
Parece que ya no pudiésemos aguantar más el “encierro”, pero… ¿y si el aprendizaje a través de él nos esté aportando algo valioso? ¿algo precioso para nuestras vidas si sabemos apreciarlo?
Hay situaciones que en su apariencia son difíciles o negativas, y aun así esconden en sí mismas alguna clave que ignoramos, algún significado oculto, algún sentido que aún no comprendemos, necesario para el bien común. Nada ocurre por casualidad.
Quizá aún podamos aprender algo más de esta situación. Vivamos lo que toca vivir con nuestra mejor calidad mental, para nuestro bien y el de los que nos rodean, para el bien de nuestro planeta y la humanidad en conjunto.
Imaginemos como seria poder vivir cualquier situación en paz, imperturbables, ecuánimes y firmemente anclados en nuestra esencia.
Ese es nuestro reto.
A veces nos quejamos demasiado. En vez de alimentar la queja y la indignación, no nos vendría mal ponernos en la piel de otros que están experimentando mayores dificultades que nosotros. Así seriamos capaces de cambiar nuestra perspectiva y podríamos llegar a agradecer lo que sí va bien en nuestras vidas, lo que sí tenemos, lo afortunados que somos en muchos aspectos.
Todo depende de con quien decidamos compararnos. La comparación mal enfocada puede crear celos, envidia y ansiedad. Si ponemos en nuestro punto de mira los tesoros de este mundo, la fama, el éxito, la riqueza… nunca lograremos estar verdaderamente satisfechos, sencillamente porque ahí no está la fuente de la felicidad. Siempre habrá otros que tengan más que nosotros y consecuentemente, al compararnos con ellos, seremos infelices.
Feliz es aquel cuyo espíritu está contento, satisfecho, feliz y agradecido, simplemente por el hecho de SER, el mayor regalo que jamás hemos recibido y que tan frecuentemente pasamos por alto.
La mayor riqueza es esta felicidad, este contentamiento de espíritu que se expande desde uno mismo, como una bendición, hacia todos los que nos rodean.
Ojalá después de esta experiencia seamos capaces de utilizar nuestra “libertad” de una forma más productiva, y seguir este impulso iniciado, esta mirada hacia dentro y hacia el bien común de todos.
Ojalá no nos despistemos de nuevo demasiado en lo externo, en lo efímero, en el aluvión de necesidades auto creadas que no son necesarias, en el consumismo sin moderación, en un vivir sin conciencia que agota los recursos de nuestra querida tierra.
El cambio global comienza en el individuo.
¿Qué estamos haciendo nosotros para cambiar, y de esta manera afectar a nuestro entorno más cercano, y por ende, al mundo?
El cambio individual es el primer paso para un cambio a mayor escala, un paso que cada uno de nosotros tiene como objetivo dar.
Aprendamos a caminar. Caminemos juntos en esta verdadera libertad, de la mente y del espíritu, en esta percepción del Ser, de la verdadera esencia de las cosas.
Ser capaces de mirar más allá de lo ilusorio. Ahí se manifiesta, en nosotros, la presencia de Dios.
Con amor
Daya
_____________
TRUE FREEDOM IS WITHIN
It seems that in recent times we have been deprived of our precious freedom.
Locked down, forced to look inside ...
Some have been overwhelmed, overcome by the situation, others have been able to
take advantage of the opportunity, the unexpected gift offered by life.
The reality is as varied as the point of view with which it is observed. What
is your point of view? How do you decide to see reality?
Are you anchored in fear, reactivity, paranoia, criticism ... or do you take
advantage of this situation to cultivate that peace, that truth that lies
within you?
Everything is within us and the choice is ours. No one can take away the
freedom of our minds. We are truly free there, no matter what happens around
us, if we so decide.
Thought is the precursor to emotion. We are our own jailers when we feed our
minds with thoughts that generate negative emotions, and we are also our
liberators, when we access the peace of the Spirit, confidence in the process
of life.
The key is the just acceptance of what is now. What is now cannot be changed,
but we can choose the perception with which we see it, as a gift or punishment.
It seems that we already had enough of this apparent deprivation of our freedom
and that sometimes it was difficult to accept what happens ...
It seems that we could no longer endure the “confinement”, but… what if
learning through it is giving us something valuable? Something precious for our
lives if we know how to appreciate it?
There are situations that are difficult or negative in their appearance, and
yet they hide in themselves some key that we do not know, some hidden meaning,
some purpose that we do not yet understand, necessary for the common good.
Nothing happens by chance.
Perhaps we can still learn something more from this situation. Let us live what
it is to live with our best mental quality, for our good and that of those
around us, for the good of our planet and humanity as a whole.
Let's imagine what it would be like to be able to live any situation in peace,
unflappable, fair and firmly anchored in our essence.
That is our challenge.
Sometimes we complain too much. Rather than fueling complain and outrage, it
wouldn't hurt to put ourselves in the shoes of others who are experiencing
greater difficulties than we are. In this way we would be able to change our
perspective and we could come to appreciate what is going well in our lives,
what we do have, how lucky we are in many aspects.
It all depends on who we decide to compare ourselves to. Poorly focused
comparison can create jealousy, envy, and anxiety. If we put in our sights the
treasures of this world, fame, success, wealth ... we will never be truly
satisfied, simply because the source of happiness is not there. There will
always be others who have more than us and consequently, when comparing
ourselves with them, we will be unhappy.
Happy is the one whose spirit is content, satisfied, joyful and grateful,
simply for the fact of BEING, the greatest gift that we have ever received and
that we so often overlook.
The greatest wealth is this happiness, this contentment of spirit that expands
from oneself, as a blessing, to all those around us.
Hopefully after this experience we will be able to use our "freedom"
in a more productive way, and follow this initiated impulse, this ability to look
within and towards the common good of all.
Hopefully we will not lose ourselves too much again externally, in the
ephemeral, in the barrage of self-created needs that are not necessary, in
consumerism without moderation, in a life without conscience that exhausts the
resources of our beloved land.
Global change begins in the individual.
What are we doing to change, and in this way affect our closest environment,
and therefore the world?
Individual change is the first step to a change on a larger scale, a step that
each of us aims to take.
Let's learn to walk. Let us walk together in this true freedom, of the mind and
spirit, in this perception of the Being, of the true essence of things.
Let us be able to look beyond the illusory. There the presence of God is
manifested in us.
Love
Daya
No comments:
Post a Comment