Tuesday, 14 April 2020

SANAR JUNTO CON LA TIERRA - HEAL TOGETHER WITH THE EARTH





SANAR JUNTO CON LA TIERRA

La Tierra se ha tomado un tiempo para respirar, para sumergirse en sus infinitos océanos y recrearse en su recién estrenada pureza. Se ha tomado un tiempo para regenerarse y recuperarse de nuestros excesos. A través de esta pandemia, nos ha cerrado provisionalmente sus puertas y nos ha dejado encerrados… en nosotros mismos.
El ser humano, en ocasiones inconsciente y arrogante, se cree que tiene todo bajo control, tan poderoso como para poder dominar las fuerzas de la Naturaleza.
Y aquí nos encontramos ahora, apaciguando nuestro orgullo, esperando a que Ella nos abra la barrera para poder recobrar nuestra normalidad.
Espero, no obstante, que cuando recobremos esa “normalidad” sea con más conciencia.
Que a través de esta experiencia que nos ha tocado vivir, hayamos sido capaces de superar el egoísmo de nuestra individualidad y nuestra mirada sea ahora más global, más solidaria.
Porque estamos todos en el mismo barco, todos habitantes del mismo mundo, todos la misma humanidad.
Que nos creemos que el mal no nos va a tocar nunca de cerca y vamos por la vida con la mirada perdida entre las obligaciones, el consumismo y el excesivo derroche, indiferentes y despistados de cuál es nuestro verdadero propósito y de lo que es realmente importante.
Una situación así inevitablemente nos une en un propósito común y hace nacer en nosotros la chispa de la solidaridad, de la compasión hacia otros… nos despierta del sueño de apatía en el que normalmente habitamos, porque esta vez, la realidad nos ha sacudido también a nosotros. Por fin nos ha llegado algo que nos toca de cerca a todos, que llega a nuestras calles, a nuestras casas, a nuestras familias.
Ya no son solo desgracias que ocurren en países menos afortunados y que parece que nunca nos van a alcanzar. Ahora todos nos sentimos expuestos e igualmente vulnerables. Lo que varía son las circunstancias individuales de cada uno, dependiendo de nuestras situaciones y países, de qué manera unos y otros se han visto afectados, así como los efectos colaterales de lo que está ocurriendo, que se irán manifestando más adelante, y que pueden traer más cola aun que la propia pandemia, sobre todo en los países más pobres.
Por primera vez en mucho tiempo, hemos visto, todos a la vez, temblar los pilares de nuestra ilusoria seguridad… Y la sacudida nos ha hecho inevitablemente reaccionar, no habiendo podido permanecer indiferentes.
Esta situación global, por otro lado, nos ha enseñado a sacar fuerzas de nuestro interior y seguir adelante, continuar, con fe y esperanza, motivados por una solidaridad global sin precedentes…
Es tiempo para la reflexión, para sacar algo bueno y provechoso del interior.
La Naturaleza se ha tomado un tiempo para sanarse, y nos invita a sanarnos junto con ella. Son muchos los que están aprovechando esta oportunidad para sanarse por dentro, para cambiar patrones automáticos y evolucionar interiormente.
Que los que se hayan ido o estén por marcharse, lo hagan con una mayor conciencia.
Algunos quizá solos, pero también quizá hayan sido capaces, en esa soledad, de contactar con el amor que yace en su interior, y que es el origen y motor del resto de amores, el divino amor que el alma anhela en su esencia.
En soledad, estamos aprendiendo a darnos a nosotros mismos lo que siempre esperamos recibir del exterior. Ese amor que siempre esperamos, ese cariño, está dentro de nosotros si le permitimos expresarse y somos capaces de mantenernos en él, tranquilos y en calma, sabiéndonos amados internamente, sin importar lo que suceda en el exterior.
No debemos dejarnos llevar por el miedo ni otras emociones negativas.
Observar lo que ocurre y vivirlo sin añadir información adicional o juicios mentales hacia ello.
A veces existe una tendencia de pensar en lo peor que cada situación va a traer, en ver el lado negativo de las cosas, en criticar como actúan unos y otros…
¿Por qué no aceptar lo que toca vivir, y ser capaces de vivirlo en el presente, paso a paso, día a día, momento a momento, de la mejor manera posible?
¿Por qué no aprovechar el tiempo, que ahora poseemos en abundancia, de forma constructiva, tratando de hacer cosas que nos hagan felices, a nosotros o a los demás?
Nuestra mayor responsabilidad ahora es cultivar ese espacio de felicidad y contribuir con nuestra vibración a elevar la vibración de la Tierra, contrarrestando el miedo y la ansiedad.
Aceptar lo que toca vivir y esperar, ya que no está en nuestras manos cambiar la situación, y de nada sirve anticipar acontecimientos.
Sin embargo, la calidad de la espera, si está en nuestras manos.
Hagamos de esta espera una oportunidad para cultivar nuestro interior, reafirmar nuestros valores, afianzar los lazos con nuestros seres queridos, para sentirnos afortunados y agradecidos, ejercitar nuestra compasión y apoyar a otros que pueden necesitar nuestro cariño y aliento.
Hagamos de esta espera nuestra practica espiritual, un continuo momento presente que se expande, gloriosamente, ante nosotros.
Tratemos de ver el lado positivo de las cosas siempre que sea posible.
Tratemos de vivir en paz las situaciones que nos toque vivir, como parte del aprendizaje y la evolución de nuestra alma.
Que la Naturaleza esta sanando mientras nosotros miramos hacia dentro.
Que todos estamos sanando a la vez, porque Ella siempre mira en nuestra dirección.
Está aprovechando nuestra ausencia para regenerarse y llenarse de vida, sus ojos puestos en nuestro bienestar. Que todo lo que Ella es no es más que un regalo para nosotros, y un reflejo de lo que nosotros somos. Ella simboliza la Madre que continuamente da, sin esperar nada a cambio. Una Madre que se ha dado tan completamente que se ha olvidado de sí misma y ahora necesita un descanso para recuperarse de nuestras excesivas exigencias...
Los mares ahora más limpios, el cielo más claro, los animales que recuperan su espacio y el hombre… que se adentra cada vez más en su espacio interior.
Parece que algo importante está sucediendo, dentro de toda la tragedia, un cambio en la conciencia colectiva, un salto cuántico hacia otra posibilidad de entender la vida.
La atmosfera transparente permite ahora una mirada de mayor alcance, eliminada ya la cortina de polución, así como los ojos de muchos despiertan a la visión, más allá del velo de la ignorancia.
Una mirada común al horizonte, unidos en la distancia, unidos con la Tierra.
Que con el corazón en el presente y la mirada en el limpio horizonte podamos juntos convertir esta espera en un regalo para nuestra alma y albergar un sentimiento de gratitud para la Tierra, mientras le permitimos que sane de nuestras heridas.
Que podamos mantener siempre la paz y la calma en el interior, sin importar lo que ocurra a nuestro alrededor.

Con amor,
Daya

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HEAL TOGETHER WITH THE EARTH


The Earth has taken time to breathe, to submerge itself in its infinite oceans and to recreate itself in its newly released purity. It has taken time to regenerate and recover from our excesses. Through this pandemic, it has provisionally closed its doors and left us locked ... in ourselves.
The human being, sometimes unconscious and arrogant, is believed to have everything under control, so powerful as to be able to dominate the forces of Nature.
And here we are now, appeasing our pride, waiting for Her to open the barrier for us to recover our normality.
I hope, however, that when we recover that "normality" it is with more awareness.
That through this experience that we have had to live, we have been able to overcome the selfishness of our individuality and our gaze is now more global, more supportive.
Because we are all in the same boat, all inhabitants of the same world, all the same humanity.
That we believe that evil will never touch us closely and we go through life with a lost look between obligations, consumerism and excessive expenses, indifferent and absent-minded about what our true purpose is and what is really important .
Such a situation inevitably unites us in a common purpose and gives rise to the spark of solidarity, of compassion for others ... it awakens us from the sleep of apathy in which we normally live, because this time, reality has also shaken us. Finally something has come to us that touches us all closely, that reaches our streets, our houses, our families.
They are no longer just misfortunes that occur in less fortunate countries and that never seem to reach us. Now we all feel exposed and equally vulnerable. What varies are the individual circumstances of each one, depending on our situations and countries, how each has been affected, as well as the side effects of what is happening, which will manifest themselves later, and which may bring more tail even than the pandemic itself, especially in the poorest countries.
For the first time in a long time, we have seen, all at once, the pillars of our illusory security shake ... And the shock has inevitably made us react, not having been able to remain indifferent.
This global situation, on the other side, has taught us to draw strength from within us and move on, continue, with faith and hope, motivated by unprecedented global solidarity ...
It is time for reflection, to get something good and profitable inside.
Nature has taken time to heal, and invites us to heal together with her. Many are taking advantage of this opportunity to heal within, to change automatic patterns and evolve within.
Hopefully those who have left or are about to leave, do so with greater awareness.
Some maybe alone, but they may also have been able, in that solitude, to contact the love that lies within themselves, and which is the origin and engine of the rest of loves, the divine love that the soul longs for in its essence.
In solitude, we are learning to give ourselves what we always hope to receive from outside. That love that we always yearn for, that affection, is within us if we allow it to express itself and we are able to remain in it, calm and peaceful, knowing ourselves loved internally, no matter what happens on the outside.
We must not be carried away by fear or other negative emotions.
Observe what happens and live it without adding additional information or mental judgments towards it.
Sometimes there is a tendency to think about the worst that each situation is going to bring, to see the negative side of things, to criticize how people are behaving ...
Why not accept what you have to live, and be able to live it in the present, step by step, day by day, moment by moment, in the best possible way?
Why not take advantage of the time, which we now have in abundance, constructively, trying to do things that make us or others happy?
Our greatest responsibility now is to cultivate that space of happiness and contribute with our vibration to raise the vibration of the Earth, counteracting fear and anxiety.
Accept what is to live and wait, since it is not in our hands to change the situation, and it is useless to anticipate events.
However, the quality of the wait is indeed in our hands.
Let us make this waiting period an opportunity to cultivate our inner dimensity, reaffirm our values, strengthen our ties with our loved ones, to feel lucky and grateful, exercise our compassion and support others who may need our love and encouragement.
Let us make this waiting period our spiritual practice, a continuous present moment that expands gloriously before us.

Let's try to see the positive side of things whenever possible.
Let us try to live in peace the situations that we have to live, as part of the learning process and evolution of our soul.
That Nature is healing while we look within.
That we are all healing at the same time, because She always looks in our direction.
She is taking advantage of our absence to regenerate and fill herself with life, her eyes always on our well-being. That all that She is is but a gift to us, and a reflection of who we are. She symbolizes the Mother who continually gives, expecting nothing in return. A Mother who has given herself so completely that she has forgotten herself and now needs a rest to recover from our excessive demands ...
The oceans are cleaner now, and also clearer the sky, the animals regain their space and men ... finally enter in their inner space.
It seems that something important is happening, within the whole tragedy, a change in the collective consciousness, a quantum leap towards another possibility of understanding life.
The transparent atmosphere now allows a more far-reaching look, the pollution curtain already being removed, just as the eyes of many awaken to vision, beyond the veil of ignorance.
A common look at the horizon, united in the distance, united with the Earth.
May our hearts be in the present moment and our gaze on the clean horizon, may we together turn this waiting period into a gift for our soul and harbor a feeling of gratitude for the Earth, while allowing Her to heal from our wounds.
May we always keep the peace and calm inside, no matter what happens around us.

Love,
Daya

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