GOD IS EVERYWHERE
Everything
in life is just joyful when you are able to see God everywhere, in the whole of
the creation.
Life is
blissful when we look at it with eyes of gratitude, feeling it as a present of
God, for the progress and enjoyment of our soul.
We are not
alone. We are blessed and guided in every moment of our lives, even in the hard
ones, when we learn the most important lessons.
We can feel
God in everything we do, every place we go, everyone we interact to.
From my
personal experience, there is one place I can feel the presence of God more
intensely, and is nature itself.
The peace
and joy I feel when I am surrounded by the magnificent treasures of nature –
landscapes by the sea, the grass, the trees and the mountains – are indescribable.
When I can hear the singing birds, feel the sun and the wind in my skin, gaze
at the clouds and the sky and start to feel one with all of it, like a tree
with profound roots right down into earth, and the branches looking to heaven.
I rejoice. Then I can start “guessing” the presence of God beyond all this
theatre before my eyes offered for my enjoyment.
This sense
of immensity, eternity and blissful existence behind all apparent existence, is
the spark that motivates my meditation and takes me deeper and deeper.
I start
observing things from behind, just enjoying being there, as a witness, feeling
how the senses are coming more and more within, letting the clouds of thoughts
come and go, till they dissolve in a sky of peace.
The
presence of God can enter then slowly, caressing my whole being.
At that
point, my body is not big enough to keep inside this growing presence.
A sense of
gratitude, immense love and expanding light starts to fill all layers of my existence,
and keeps expanding around to other existences, other worlds.
I deeply
merge into that ocean, guessing it is God, talking to me in that language of
pure feelings and love, merging my mind, body and spirit into his arms.
I feel “of
it”, a part of it, a single drop of the ocean, but yet a part of the ocean
itself.
The waves
are coming and going, but I stay still, feeling I am getting closer to my true
essence, feeling I am going back home.
In such
intimate moments, sweet words come to my mind, a profound prayer from my heart
to the Divine:
“God, enter
in my life like the sun enters in a dark room when the windows are open. Keep
my windows and doors always opened to you. Illumine my life with your loving
rays of compassion. Let me see your divine face and experience the infinitude
of your presence. Guide my soul in the path towards self-realization and walk
with me along this faithful dream. Stay with me, by my side… for I don’t know
how it must be done. Only You have the knowledge. Only You are Existence and
Bliss. Let me believe in you, surrender to you, have faith in you, become a
purer and purer instrument of yours. Keep inspiring me so I can be of better
service.
I take
refuge in you.
Dear God,
fill me with your light… and let me be a light for all.”
Everything
comes smoother when I do not strain, when I am just being and not trying, when
I become that calmer presence within, thanking what I am already experiencing.
Not wanting more, just thanking to have reached so far, and being open for
further progress, when the perfect moment arises…
It comes to
my mind:
“Try… but
not too hard. Don’t strain yourself. Be soft like the clouds. Enjoy. Just be
there. Don’t expect anything to happen. Don’t expect miracles or visions. Just
surround yourself with love. Emanate and receive love. Become ONE with love...
with God. Enjoy the bliss, the peace, the glory. This is the way to get closer
to Me”
Then I go
back to the feelings of nature… birds are surrounding me, singing for me, the
swallows flying so close that I can hear and feel their wings moving around. I
feel God in those birds. I feel I am one with them, experiencing their flight,
their fast acrobatics in the air. I am one with their joy and entertainment,
while they are graciously playing with the wind.
I slowly
start to come back to the senses and realize where I am. Everything around
seems different, as seen from another perspective. Everything seems surreal, a
dream that has just come true, a colorful theatre before my eyes.
I just
stay, observing, breathing in and out, keeping that feeling of peace arising
from within, as the sky stays even when the clouds are moving.
Filled with
a sense of gratitude, I dedicate my practice to all beings, in all the worlds and
send my love to God and all Masters and Gurus for their support in this
wonderful journey.
Trying to
keep this peaceful mind, I come back to the world with the feet on the ground and
my eyes kept in God… God, as my friend, my beloved, my Heavenly Father, my
Divine Mother. God as the center of my life.
“Love…
pervades my heart.
Infinite.
Love. Peace.
God
everywhere. Everyday.
Magic.
Happiness.
You. Me.
All. ONE”
Daya
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DIOS ESTÁ EN
TODAS PARTES
Todo en la vida es alegría cuando somos capaces de ver a Dios en todas partes, en el conjunto de la creación.
La vida es maravillosa cuando miramos hacia ella con ojos agradecidos, sintiéndola como un regalo de Dios, para el progreso y el disfrute de nuestra alma.
Todo en la vida es alegría cuando somos capaces de ver a Dios en todas partes, en el conjunto de la creación.
La vida es maravillosa cuando miramos hacia ella con ojos agradecidos, sintiéndola como un regalo de Dios, para el progreso y el disfrute de nuestra alma.
No estamos solos. Estamos bendecidos y guiados en cada momento de nuestras vidas, incluso en los más duros, cuando aprendemos las lecciones más importantes.
Podemos sentir a Dios en todo lo que hacemos, cada lugar al que vamos, cada persona con la que interactuamos.
Desde mi experiencia personal, hay un lugar que puedo sentir la presencia de Dios más intensamente, y es en la propia naturaleza.
La paz y la
alegría que siento cuando estoy rodeada de los magníficos tesoros de la
naturaleza – los paisajes junto al mar, la hierba, los árboles y las montañas -
son indescriptibles. Cuando puedo escuchar el canto de los pájaros, sentir el
sol y el viento acariciando mi piel, posar la mirada en las nubes y el cielo, y
empezar a sentirme una con todo, como un árbol con profundas raíces en la
tierra, y cuyas ramas están mirando al cielo. Me causa una gran alegría.
Entonces, puedo empezar a "adivinar" la presencia de Dios más allá de
todo este teatro que se ofrece ante mis ojos para mi disfrute.
Este sentido de inmensidad, de eternidad y de una existencia dichosa detrás de toda la existencia aparente, es la chispa que motiva mi meditación y me lleva cada vez más profundo.
Comienzo a observar las cosas desde atrás, disfrutando simplemente de estar ahí, como un testigo, sintiendo cómo los sentidos se van tornando cada vez más hacia el interior, dejando que las nubes de pensamientos vayan y vengan, hasta que se disuelven en un cielo de paz.
La presencia de Dios puede entrar ahora, lentamente, acariciando todo mi ser.
En ese momento, siento que mi cuerpo no es lo suficientemente grande como para mantener esta presencia creciente en su interior.
Un sentimiento de gratitud, de amor inmenso y de brillante luz comienza a llenar todas las capas de mi existencia, expandiéndose hacia otras existencias, otros mundos.
Me disuelvo profundamente en ese océano, adivinando que es Dios, hablando conmigo en este lenguaje de puro sentimiento y amor, fusionándose mi cuerpo, mente y espíritu en sus brazos.
Me siento una parte de él, una minúscula gota del océano, pero que no por eso deja de ser una parte del propio océano.
Las olas van y vienen, pero yo permanezco inmóvil, sintiendo que estoy acercándome a mi verdadera esencia, sintiendo que estoy volviendo a casa.
En estos momentos íntimos, vienen a mi mente unas dulces palabras, una profunda oración desde mi corazón hacia lo Divino:
Este sentido de inmensidad, de eternidad y de una existencia dichosa detrás de toda la existencia aparente, es la chispa que motiva mi meditación y me lleva cada vez más profundo.
Comienzo a observar las cosas desde atrás, disfrutando simplemente de estar ahí, como un testigo, sintiendo cómo los sentidos se van tornando cada vez más hacia el interior, dejando que las nubes de pensamientos vayan y vengan, hasta que se disuelven en un cielo de paz.
La presencia de Dios puede entrar ahora, lentamente, acariciando todo mi ser.
En ese momento, siento que mi cuerpo no es lo suficientemente grande como para mantener esta presencia creciente en su interior.
Un sentimiento de gratitud, de amor inmenso y de brillante luz comienza a llenar todas las capas de mi existencia, expandiéndose hacia otras existencias, otros mundos.
Me disuelvo profundamente en ese océano, adivinando que es Dios, hablando conmigo en este lenguaje de puro sentimiento y amor, fusionándose mi cuerpo, mente y espíritu en sus brazos.
Me siento una parte de él, una minúscula gota del océano, pero que no por eso deja de ser una parte del propio océano.
Las olas van y vienen, pero yo permanezco inmóvil, sintiendo que estoy acercándome a mi verdadera esencia, sintiendo que estoy volviendo a casa.
En estos momentos íntimos, vienen a mi mente unas dulces palabras, una profunda oración desde mi corazón hacia lo Divino:
"Dios, entra en mi vida como el sol penetra en una habitación oscura cuando las ventanas están abiertas. Mantén mis ventanas y mis puertas siempre abiertas para Ti. Ilumina mi vida con Tus amorosos rayos de compasión.
Permíteme observar Tu divino rostro y experimentar la infinitud de Tu presencia. Guía mi alma en el camino hacia la autorrealización y camina junto a mi a lo largo de este sueño. Quédate conmigo, a mi lado ... porque yo no sé cómo hay que hacerlo. Sólo Tú tienes el conocimiento. Sólo Tú eres Existencia y Felicidad. Permíteme creer en Ti, entregarme a Ti, tener fe en Ti, convertirme en un instrumento más y más puro en tus manos. Sigue inspirándome para que cada vez pueda servirte mejor.
Me refugio en ti.
Dios mío, lléname con Tu luz ... y permíteme ser una luz para todos ".
Todo llega con más suavidad cuando no me esfuerzo demasiado, cuando únicamente estoy “siendo” y no tratando de ser, cuando me convierto en esa calmada presencia dentro de mi, dando gracias por lo que ya estoy experimentando. No queriendo más, sólo dando las gracias por lo que ya tengo, por estar en este momento, y a la vez preparada para seguir avanzando, cuando se presente la ocasión perfecta ...
Me viene a la mente:
"Intenta ... pero no con demasiada fuerza. No te tenses tanto. Sé suave como las nubes. Disfruta, sólo estando ahí. No esperes que nada suceda. No esperes milagros o visiones. Simplemente rodéate de amor. Emana y recibe amor. Conviértete en Uno con el Amor ... con Dios. Disfruta de la felicidad, la paz, la gloria. Esta es la manera de acercarte a Mí "
Entonces regreso a las sensaciones de la naturaleza ... las aves me rodean, cantando para mí, las golondrinas vuelan tan cerca que puedo oír y sentir sus alas en movimiento a mi alrededor. Siento a Dios en estos pájaros. Siento que soy una con ellos, experimentando su vuelo, sus rápidas acrobacias en el aire. Soy una con su alegría y su entretenimiento, mientras ellas continúan jugando graciosamente con el viento.
Lentamente mi consciencia regresa a los sentidos y me doy cuenta de dónde estoy. Sin embargo, todo a mi alrededor parece diferente ahora, como visto desde otra perspectiva. Todo parece irreal, un sueño que acaba de hacerse realidad, un teatro de colores y formas ante de mis ojos.
Me quedo ahí, observando, el interior y el exterior, inhalando y exhalando, manteniendo esa sensación de paz que surge desde dentro, como el cielo que se mantiene en el mismo lugar incluso cuando las nubes se están moviendo.
Llena de un sentimiento de gratitud, dedico mi práctica a todos los seres, en todos los mundos y envío mi amor a Dios y a todos los Maestros y Gurús agradeciéndoles su apoyo a lo largo de este maravilloso viaje.
Tratando de mantener la mente tranquila, vuelvo al mundo con los pies en la tierra y los ojos fijos en Dios ... Dios, como mi amigo, mi amado, mi Padre Celestial, mi Madre Divina. Dios como el centro de mi vida.
"El amor ... invade mi corazón.
Infinito. Amor.
Paz.
Dios en todas
partes. Cada día.
Magia. Felicidad.
Tú. Yo. Todos.
UNO"
Daya
Daya
Todo es posible con el amor, la gracia, la perseverancia y la mente fija en la meta, con creencias racionales, con la meta clara y definida todo es posible, EL siempre te ayudará, hagas lo que hagas.
ReplyDeleteEl devoto fiel, como tu, es entonces capaz de conocer a Dios en este tiempo de vida, en esos sentidos que tu agudizas y te haces uno con ellos. Pero a veces, sin importar nuestros esfuerzos, ese final feliz parece estar tan lejos, entonces el amor vuelve alumbrar los pasos de tu camino, tu camino hacia el Ashram, donde viven los buscadores de la verdad.
Que todos sean capaces de sentir a Dios que brilla en su interior.
Gracias por tu enseñanzas.
Namaste.