JESÚS, TE RECORDAREMOS SIEMPRE
Mis primeras líneas de este año son para ti, aunque ni mucho menos de la manera en que me lo hubiera imaginado… Quien nos iba a decir en diciembre, cuando te saqué esta fotografía, que era la última vez que íbamos a vernos…
Lleno de vida, proyectos y entusiasmo, con un espíritu joven y adelantado a tu época.
Aun no acabo de creerme tu partida repentina, al igual que el hecho de que ya no estés aquí, compartiendo vida y tantas cosas con nosotros.
Me quedo con el regalo de tu presencia, nuestra amistad, y otros regalos que me has hecho, como celebrar mi boda con Julio, que también te adora, y el bellísimo prólogo de mi primer libro, "Poesía en Acuarela": no cabe en mi imaginación nada más hermoso y delicado. GRACIAS.
Hoy me han surgido estas palabras, para ti, que no son solo mi voz, sino la voz de todos los que te queremos y no te olvidaremos:
Querido Jesús,
Hoy
has decidido partir y yo decido recordarte con esa sonrisa tuya, tan
contagiosa.
Amable y generoso, cercano y humilde, con mente siempre joven y optimista,
entregado a todo, amigo de todos.
Tu ausencia entre nosotros ha dejado una profunda huella y un gran vacío en el
corazón.
Y sin embargo, es ahí donde estarás tú a partir de hoy: En el corazón de todos
los que te queremos.
¡Qué dulce y luminoso es el recuerdo y el sabor que nos deja tu existencia
aquí, tu personal recorrido por la vida!
Que tu memoria nos sirva para desear ser mejores personas cada día.
Que tu ejemplo inspirador nos una aún más y nos motive para avanzar.
Que el recuerdo de tu cariño nos haga sonreír, y podamos transmitirnos esa
sonrisa unos a otros.
Porque somos afortunados por haberte conocido, por haber compartido contigo
tantos momentos inolvidables, que ahora atesoramos en nuestro interior.
Mi amigo del alma, mi buen amigo: Descansa en paz.
Un ser de luz, que regresa a la luz.
Tu alma Brilla, asciende y vuela alto.
Vuela.
Gracias Jesús, tan admirado y querido.
Gracias por Ser y sentir a nuestro lado.
Gracias por tu cariño y por tanto que has entregado de ti.
Gracias por haber brillado siempre, una luminosidad que nos ha servido de guía
e impulso.
Gracias por tu último regalo: el haberte convertido ahora en nuestro especial
ángel de la guarda.
Querido Jesús, te llevamos en el corazón.
Ahí somos todos… UNO, contigo.
Seguimos ahora caminando, recordándote en cada paso.
Luz y bendiciones para tu alma.
Con
todo mi cariño y gratitud,
Daya