THE NATURE OF HAPPINESS
“Happiness is the essence of our being”-Rupert Spira
Back into my childhood, I still remember clearly when someone asked me, even at a young age: “What do you want to be when you are older?”
I would invariably reply: “I want to be happy”
And I truly meant it!
Apparently, the means by which I would attain this elusive happiness were not really important to me. Happiness itself was the goal, and seemed then so far away as did later during the next stages of my life.
From the beginning, I had a strong pull, an intense driving force to do something “urgent”, “important”, a kind of “special mission” I did really struggle not knowing of, or having any clue about.
I spent most of my early life with this longing for happiness and not knowing where to even start the search for it or where to find the path towards it.
This longing led me to an intense inner life, in a form of introspection and inspiration.
I did express this inspiration through poetry, that I started to write at a young age, writings and paintings.
I have always like to draw and paint, to experiment and learn different techniques and I could find myself lost in the act of painting for hours. It was a great way to let flow my endless imagination and creativity, and without knowing it then, an effective way of pacifying the mind.
Painting, writing… apparent simple things… I did not realize then that this were precisely the best way to get me in touch with that happiness lying inside of me!
It was a taste of it then, that hours spent in the now, enjoying myself directly in contact with the source of inspiration. But I kept on looking in another direction. I focused my search in the outside, the objective world of experience, which can never be a source of lasting happiness, and ultimately led me to a great deal of suffering and frustration.
Nevertheless, this is a journey we all need to walk. Words and information cannot touch us at our core level, only our experience does. So, I needed this experience of feeling lost so I could find my way back home.
As I sometimes say, looking back to my previous disoriented feelings and my firm standing on truth at present times: “I feel myself now as a train in the railway. Sometimes I may move forward, sometimes it seems I go backward, but I am sure I am in the right path”.
This is due to the fact that many years ago I stopped looking outwards for the source of happiness, and I started looking inwards instead.
No matter how hard we try, we can never find lasting true happiness in the experiential world, as its nature is to continuously be changing. We only experience ephemeral moments of joy, that soon are replaced by sorrow, and so on.
In my experience, after a long search, outwards and inwards, moving in different realms, spiritual traditions and ardent practices, I myself realized that we may only find true happiness in the changeless, the true essence of our Being.
Once found the source of happiness, the work to be done is to get in touch with it as much as possible, getting less and less lost in the world of experience and more and more in contact with our Being, till we remain stablished there. This is not an intellectual understanding, but indeed is truly experiential.
How do we
do this at a practical level? We may ideally use Self Enquiry, the Direct Path.
We take one step back beyond thoughts and perceptions, beyond self-qualifications (I am this, I am that), to the “I am” prior to them. We consciously stay there as long as we can, in our Being, and we go back again and again every time we go astray. We will find our pathway easier each time, till that becomes our new home, our True Self.
On the other hand, an ideal way to get in touch with our being is by doing the things we love. Then we will find ourselves abiding in the present without effort.
The things we love are often related with our gifts and are given to us to be expressed and shared. So, by doing it, we are getting more in touch with our essence, even without noticing it.
Once we are stablished in our Being, having explored the nature of our feelings and perceptions, we may bring forth this experiential understanding into the world: our thoughts, feelings, perceptions, activities, relationships… all being informed by this understanding.
We may remain living consciously in our Being, as our Being, in the presence or absence of activity.
Abiding in our Being, as our Being… This is the true liberation from ignorance, from the bondage of the belief that we are just separate independent selves.
This is the true illumination and shining of our One true nature, God infinite consciousness, that is being shared by everyone and everything.
The true nature of happiness is the essence of our Being.
Let it Be.
And so Be it.
Love
Daya
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LA NATURALEZA DE LA FELICIDAD
“La felicidad es la esencia de nuestro ser” -Rupert Spira
De vuelta a mi infancia, todavía recuerdo claramente cuando alguien me preguntaba, incluso a una edad temprana: "¿Qué quieres ser cuando seas mayor?"
Invariablemente respondía: "quiero ser feliz"
¡Y realmente lo decía en serio!
Aparentemente, los medios por los cuales lograría esta esquiva felicidad no eran realmente importantes para mí. La felicidad en sí misma era la meta, y entonces parecía tan lejana como lo estuvo posteriormente, durante las siguientes etapas de mi vida.
Desde el principio, sentí una fuerte atracción, un intenso impulso, una llamada para hacer algo “urgente”, “importante”, una especie de “misión especial” cuyo total desconocimiento me hacía sufrir.
Pasé la mayor parte de mi vida temprana con este anhelo de felicidad y sin saber ni por dónde empezar a buscarla ni dónde encontrar el camino hacia ella.
Este anhelo me llevó a una intensa vida interior, en forma de introspección e inspiración. Expresé esta inspiración a través de la poesía, que comencé a escribir a una edad temprana, y a través de todo tipo de escritos y pinturas. Siempre me ha gustado dibujar y pintar, hacer manualidades, experimentar y aprender distintas técnicas, y podía perderme en ello durante horas. Era una manera estupenda de dejar volar mi abundante imaginación y mi creatividad, y a la vez, y sin saberlo, de pacificar la mente.
Pintar, escribir ... cosas aparentemente sencillas ... ¡Entonces no me daba cuenta de que esta era precisamente la mejor manera de ponerme en contacto con esa felicidad que yacía dentro de mí!
Fue una muestra de eso lo que saboreé en aquella época, las horas que pasé en el momento presente, disfrutando de mi, conmigo, directamente en contacto con la fuente de inspiración. Pero seguí mirando en otra dirección. Concentré mi búsqueda en el exterior, el mundo objetivo de la experiencia, que nunca puede ser una fuente de felicidad duradera, y que finalmente me condujo a una gran cantidad de sufrimiento y frustración.
Sin embargo, este es un viaje que todos debemos recorrer. Las palabras y la información no pueden tocarnos a nivel profundo, solo nuestra experiencia lo hace. Entonces, necesitaba esta experiencia de sentirme perdido para poder encontrar el camino de regreso a casa.
Como digo a veces, recordando mis anteriores sentimientos desorientados y mi actual firme posición, anclada en la verdad: “Me siento ahora como un tren en la vía del tren. A veces puedo avanzar, a veces parece que retrocedo, pero estoy segura de que estoy en el camino correcto”.
Esto se debe al hecho de que hace muchos años dejé de mirar hacia afuera en busca de la fuente de la felicidad y comencé a mirar hacia adentro.
No importa cuánto lo intentemos, nunca podremos encontrar la verdadera felicidad duradera en el mundo de la experiencia, ya que su naturaleza cambia continuamente. Solo vivimos momentos efímeros de alegría, que pronto son reemplazados por la tristeza, etc.
En mi experiencia, después de una larga búsqueda, hacia afuera y hacia adentro, moviéndome en diferentes reinos, tradiciones espirituales y prácticas ardientes, me di cuenta por mí misma de que solo podemos encontrar la verdadera felicidad en lo inmutable, la verdadera esencia de nuestro Ser.
Una vez encontrada la fuente de la felicidad, el trabajo a realizar es ponernos en contacto con ella tanto como sea posible, perdiéndonos cada vez menos en el mundo de la experiencia y cada vez más en contacto con nuestro Ser, hasta quedar asentados allí.
Esta no es una comprensión intelectual, pero de hecho es verdaderamente experiencial.
¿Cómo hacemos esto a nivel práctico? De forma ideal, podemos utilizar el Auto Cuestionamiento, el camino directo.
Damos un paso atrás más allá de los pensamientos y percepciones, más allá de las auto-cualificaciones (yo soy esto, yo soy aquello), hacia el “yo soy” anterior a ellas.
Allí permanecemos atentos, conscientes, todo el tiempo que podemos, en nuestro Ser, y regresamos de nuevo cada vez que nos desviamos o despistamos.
Encontraremos nuestro camino más fácil cada vez que tengamos que regresar, hasta que este se convierta en nuestro nuevo hogar, nuestro Verdadero Ser.
Por otro lado, una forma ideal de estar en contacto con nuestro ser es haciendo las cosas que amamos. De esa manera nos encontraremos viviendo en el presente sin esfuerzo.
Las cosas que amamos a menudo están relacionadas con nuestros dones y se nos dan para que las expresemos y las compartamos. Entonces, al hacerlo, estamos más en contacto con nuestra esencia, incluso sin darnos cuenta.
Una vez que estemos establecidos en nuestro Ser, habiendo explorado la naturaleza de nuestros sentimientos y percepciones, podemos traer esta comprensión experiencial al mundo: nuestros pensamientos, sentimientos, percepciones, actividades, relaciones ... todos informados por esta comprensión.
Podemos seguir viviendo conscientemente en nuestro Ser, como nuestro Ser, en presencia o ausencia de actividad.
Permanecer en nuestro Ser, como nuestro Ser ... Ésta es la verdadera liberación de la ignorancia, de la esclavitud de la creencia de que somos simplemente seres separados e independientes.
Esta es la verdadera iluminación y el resplandor de nuestra única naturaleza verdadera, la consciencia infinita de Dios, que es compartida por todos y por todo.
La verdadera naturaleza de la felicidad es la esencia de nuestro Ser.
Deja que sea así.
Y que así sea.
Amor
Daya
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