ABRIR LAS VENTANAS
El atardecer aún
no ha depositado sus gotas de luz en este cielo empañado, en esta acumulación de
nubes en lo alto.
Quizá lo
verdaderamente empañado sea el cristal, la ventana a través de la cual se
observa.
Sin abrirla, no
se puede observar el cielo en su completa magnitud, no se puede percibir su verdadero
color y claridad, el Camino, la Verdad y la Vida.
A veces es
necesario ayudar a las nubes para que desciendan, se precipiten desde las
alturas y acaricien la tierra, y la refresquen, dejando el espacio libre en lo
alto para la claridad y la calma en la presencia.
Las nubes pueden
respirarse y bajarse a través del cuerpo terrestre hacia la sólida base de la
existencia. Las nubes son movimiento, van y vienen, impermanentes, viajando a través
del inmenso cielo, testigo mudo y presente de sus viajes.
El cielo
inmutable e infinito de la presencia que Es, el cielo desde el que pueden
observarse las nubes de los pensamientos sin que ellas puedan realmente afectarle,
en su eterna y calmada gloria.
Acceder a este
cielo, dentro, en nuestro interior.
Abrir la ventana
a la Vida y percibirla en su inmensa totalidad.
Dejarnos abrazar,
envolver, imbuir de su presencia.
Asomarnos
completamente a lo que Es, y permanecer ahí, en atenta observación, de cada
nube, de cada pensamiento, de cada sensación.
Acompañar a las
nubes sin esfuerzo ni opresión.
Livianos, como
ellas, avanzar a tientas, más con paso firme, en nuestro interior, guiados por
la sabia intuición que nace del contacto con nuestro Ser.
En ese Ser
respiramos, vivimos, nos manifestamos… Y si así lo decidimos…
Viviendo en ese
Ser, al fin somos.
Love,
Daya
Love,
Daya
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OPEN THE WINDOWS
The sunset has not yet deposited its drops of light in this clouded sky, in this accumulation of clouds above.
Perhaps what is truly blurred is the glass, the window through which it is observed.
Without opening it, you cannot observe the sky in its full magnitude, you cannot perceive its true color and clarity, the Way, the Truth and the Life.
Sometimes it is necessary to help the clouds to descend, rush down from the heights and caress the earth, and refresh it, leaving a free space at the top for clarity and calm in the presence.
Clouds can be breathed in and down through the Earth's body to the solid foundation of existence. The clouds are movement, they come and go, impermanent, traveling through the immense sky, the sky being a silent and present witness to their travels.
The immutable and infinite sky of the presence that Is, the sky from which the clouds of thoughts can be observed without being really affected by them, in their eternal and calm glory.
Access this sky, inside, deep into us.
Open the window to Life and perceive it in its whole immensity.
Let us be embraced, wrapped, imbued by its presence.
Peer completely into what Is, and remain there, in close observation, of each cloud, of each thought, of each sensation.
Accompany the clouds without effort or oppression.
being light, like them, move forward with a firm step within, guided by the wise intuition that is born from true contact with our Being.
In that Being we breathe, we live, we manifest ourselves ... And if we decide so ...
Living in that Being, at last we Are.
Love,
Daya
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